Alimentación Sostenible

Alimentación Sostenible

La mitad de las personas en todo el mundo sufren desnutrición, aunque en todo el mundo se producen alimentos más que suficientes. Según los resultados de la investigación, las tendencias dietéticas actuales tendrán un gran impacto en el medio ambiente en 2050. La Tierra tendrá que alimentar a 10 mil millones de personas para 2050. La degradación de los ecosistemas del planeta está impulsada por una mayor demanda de alimentos y el crecimiento demográfico. El ecosistema terrestre se ve afectado negativamente debido al sistema alimentario humano. El 40% de la tierra y el 70% del agua dulce se utilizan para actividades agrícolas. La gran pérdida de biodiversidad, el daño a ecosistemas enteros, la emisión de gases de efecto invernadero, el exceso de nutrientes, la alteración de los ciclos naturales similares al carbono, el nitrógeno y el fósforo y también el aumento del desperdicio de alimentos son problemas importantes relacionados con los sistemas alimentarios actuales y se confirma que la producción actual de alimentos Los sistemas no son saludables ni sostenibles para reducir el efecto de los cambios climáticos, la agricultura y los sistemas de producción de alimentos. Es necesario cambiar los patrones de ingesta dietética.

¿Qué es la dieta sostenible?

  “La alimentación con bajos impactos ambientales que contribuya a la seguridad alimentaria y nutricional y a una vida saludable para las generaciones presentes y futuras. Las dietas sostenibles protegen y respetan la biodiversidad y los ecosistemas, son culturalmente aceptables, accesibles, económicamente justas y asequibles; nutricionalmente adecuado, seguro y saludable; optimizando al mismo tiempo los recursos naturales y humanos”

¿Es más sostenible comer alimentos de origen vegetal o de origen animal?

Sólo un cambio inmediato y fundamental de los sistemas alimentarios mundiales permitirá alimentar de forma sostenible a una población mundial en aumento, sin dañar su salud ni su nutrición. El cambio se caracteriza por una dieta que contiene muchos más alimentos vegetales que la actual, incluidos 500 gramos de verduras y frutas al día con un mínimo o ninguna carne roja.

Las prácticas alimentarias sostenibles ayudan al medio ambiente, la salud pública y la sociedad al aumentar la disponibilidad de alimentos y tierras de cultivo para alimentar a todos los habitantes de la Tierra. El impacto de la alimentación en el medio ambiente se puede identificar en tres factores: alimentos, energía utilizada en el hogar y transporte. La comida es el factor poderoso entre estos factores. En la producción de alimentos animales se utiliza una mayor cantidad de recursos (materias primas, tierra, agua, energía) y se producen más contaminantes (residuos químicos de la agricultura, gases de efecto invernadero, estiércol) que en los alimentos de origen vegetal.

Verduras crudas

El valor promedio calculado del “índice de conversión de proteínas” de alimentos de origen vegetal a alimentos para animales es de alrededor de 9:1. Se puede concluir que, en promedio, un animal convertirá 9 gramos de proteínas del alimento en 1 gramo de proteína animal comestible.

Tierras cultivables

La producción de alimentos para animales requiere superficies de tierra cultivable mayores que las necesarias para producir alimentos vegetales. Para la producción de piensos se utilizan dos tercios de las tierras cultivadas en todo el mundo, mientras que sólo un tercio se utiliza directamente para la producción de hortalizas para consumo humano. Se estima que la superficie cubierta por ganadería oscila entre el 30% y el 45% de la superficie cultivable. La FAO afirma que para proporcionar una comida suficiente, una persona que vive principalmente de proteínas animales necesita diez veces más superficie de tierra que alguien que vive de fuentes de proteínas vegetales.

Agua

El 70% del agua dulce se utiliza anualmente para la agricultura y la cría de animales y el agua necesaria para la producción de alimentos para animales es, en comparación con los alimentos vegetales, mayor.

Energía

Según la literatura publicada, se requieren 2,2 calorías de combustible fósil para obtener 1 caloría de proteína del trigo y para la carne de res, el requerimiento es de 40 calorías. Además, se ha establecido que la producción de alimentos a partir de animales requiere un gasto en combustibles fósiles 12 veces mayor que el necesario para fabricar alimentos vegetales.

Sustancias químicas

Las prácticas agrícolas convencionales dependen en gran medida de los agroquímicos y contribuyen en gran medida a la contaminación del suelo y las aguas superficiales. Los contaminantes se acumulan a lo largo de toda la cadena alimentaria y la bioacumulación es especialmente elevada y peligrosa en alimentos de origen animal como la carne, los lácteos, los huevos y el pescado. 

Las características clave de una dieta sostenible y saludable

  • Diversidad: coma una amplia variedad de alimentos.

  • Equilibrio: logrado entre la ingesta de energía y las necesidades energéticas.

  • Alimentos mínimamente procesados (incluidos muchos cereales integrales, legumbres, frutas y verduras)

  • Carne, si se come, en cantidades moderadas.

  • Productos lácteos (o alternativos) también con moderación

  • Semillas y nueces sin sal

  • Pequeñas cantidades de pescado y productos acuáticos (procedentes de pesquerías certificadas)

  • Limitar el consumo de alimentos ricos en grasas, azúcares o sal.

  • Elija sabiamente los aceites y grasas (opte por los de colza y oliva)

  • Agua del grifo con preferencia a otras bebidas.

Algunos de los beneficios de una dieta basada en plantas son reducir el riesgo de desarrollar enfermedades no transmisibles, disminuir la mortalidad por enfermedades cardiovasculares y ayudar a reducir la glucosa en sangre, la presión arterial y el colesterol sérico. Qatar, Suecia y Brasil elaboraron directrices dietéticas nacionales para integrar los principios de sostenibilidad alimentaria. Por lo tanto, comer más alimentos vegetales no sólo es beneficioso para el medio ambiente, sino que también protege la salud del consumidor. Es necesario cambiar los hábitos alimentarios a nivel mundial, reducir el desperdicio de recursos y minimizar la emisión de contaminantes y gases de efecto invernadero.

Por último, la alimentación sostenible no es sólo una tendencia; es un cambio esencial hacia un planeta más saludable y un futuro mejor para todos. Se puede reducir nuestra huella ambiental, apoyar a las comunidades locales y fomentar un mejor sistema alimentario mediante una elección informada sobre qué poner en nuestros platos. Cada pequeño paso que damos en nuestro viaje culinario puede marcar una gran diferencia, ya sea que adoptemos dietas basadas en plantas, reduzcamos el desperdicio de alimentos o promovamos prácticas agrícolas sostenibles. Juntos podremos disfrutar del delicioso sabor de un mundo más verde y sostenible.

Referencias

Baroni, L., Filippin, D. y Goggi, S. (2018). Ayudando al Planeta con Hábitos Alimentarios Saludables. Ciencia de la información abierta, 2(1), 156-167. https://doi.org/10.1515/opis-2018-0012

Pettinger, Clara. (2018). Alimentación sostenible: Oportunidades para los profesionales de la nutrición. Boletín de Nutrición. 43. 226-237. 10.1111/nbu.12335.

 

 



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